12/marzo/2014.

Si para cobrar el enganche de una grúa, he sido tratado con grosería, agresividad, y la cosa llegó al daño físico e intencionado, con nocturnidad y alevosía por parte de dos Agentes de la Policía Local de Vigo, con la aquiescencia y abstención de intervenir ( Y supongo que tampoco lo habrán denunciado ante sus superiores) en mi defensa de otros dos más, a los que, repasando el vídeo de los hechos, he divisado a cierta distancia, y de al menos cuatro operarios de la concesionaria de la grúa... algo va mal en ésta sociedad. Muy mal.

Porque ni una palabra hubo sobre la sanción administrativa que acompaña habitualmente al enganche y/o retirada de un vehículo. Tampoco, ninguna sobre la posibilidad de abonarla al momento, con su descuento por pronto pago. Ni, menos todavía, constancia y respuesta a las alegaciones que, en unos casos logré formular verbalmente, o a otras en las que me quedé en el intento, dada la absoluta falta de diálogo de los Agentes, prepotentes, amenazadores, corpulentos, armados y entrenados para la lucha, frente a un ciudadano indefenso, con un cuerpo de 56 Kg,, metro sesenta y seis de estatura,  y diversas enfermedades que impiden su legítima defensa en éstas condiciones (Esclerósis Múltiple, tendinitis calcificante en ambos hombros, secuelas en la mano izquierda de una mala operación  de Síndrome de Túnel del Carpo), sin testigos (en un principio), y que en teoría, no puede desmontar una tan presunta como abusivamente utilizada presunción de veracidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Porque un procedimiento administrativo, consta de varias fases: iniciación, ordenación, instrucción y terminación.

Y en todas ellas, la Administración está obligada a comunicar el estado de cada una de ellas... incluyendo la primera. Y ya deberíamos estar en la segunda, sin más noticias del tema de las que un servidor les proporciona.

Pues resulta que han pasado ya 6 jornadas, y no sé si me han retirado la sanción, si han abierto expediente a los Agentes, si los han apartado cautelarmente del servicio, si éstos me han denunciado a mí, como suelen hacer cuando el ciudadano no está de acuerdo, por insultos y agresión o cualquier otrra demencial y falsa aseveración, y si me van a devolver el dinero que me robaron (sí, con todas sus letras, no les autoricé la transferencia de la tarjeta de crédito, sólo que comprobaran si tenía saldo, que es lo que me aseguraron que iban a hacer con ella).

Me toca estar a la espera, con una buena bala en la recámara... el vídeo en donde todo esto consta, grabado con una enorme cámara Canon 600D y su objetivo 17-135mm en la mano, imposible de camuflar, con su pantalla Live View encendida, como es preceptivo al grabar secuencias, y advertido el Agente de ello. Y un testigo presencial.

Así vivimos los administrados, Señora Administración. Indefensos, mangoneados en información y dineros, preocupados, con una espada de Damocles en el cuello. Cuello, en éste caso, dolorido por una inconcebible actuación Policial, además de un recuerdo en la base piramidal del apéndice nasal. Vulgo narices. Que no me faltan, para llegar a donde haga falta.

Lo de que sean tan contundentes para garantizar el pago a una empresa privada, que tiene la concesión de la retirada de vehículos, pero que se la repanflinfe la sanción administrativa, me hace recordar que hay casos judiciales abiertos por favorecer en demasía a éste tipo de negocios... Operación Pokemón, por ejemplo..

Como dicen en la película "Casino", sigue la pista del dinero.
No falla, y en ello estoy, y creo entender que con la reciente irrupción de investigadores en el Concello de Vigo, la Fiscalía también.
Por otro lado, personado otras veces en el lugar de los hechos, pero ésta vez no sólo de noche, sino también a la luz del día, he revisado la señalización de la zona.
En lo que respecta a la horizontal, parece que en su tiempo, hubo alguna raya, imaginemos que amarilla, a lo largo de los laterales de la vía (Pero no dentro de los triángulos que forman las jardineras, donde yo, y muchas personas, estacionamos con cierta asiduidad y sin causar molestia alguna), puesto que algun lejano recuerdo queda sobre el empedrado... pero, cuando miramos la señalización vertical, que tiene mayor rango, únicamente hay una que prohibe estacionar hacia su derecha, al fondo del callejón, para permitir el cambio de sentido de los vehículos. Así que, entiendo, desde la misma señal, hasta la  parte superior de la calle, no está prohibido estacionar.
Es lo que hay. Juzguen Ustedes mismos con éstas fotografías: En la primera, mi vehículo, aún enganchado, a la grúa. Cuando lo estacioné, tenia a ambos lados y paralelos al eje de la vía, otros vehículos, por lo que ni siquiera la puntita del morro llegaba a cortarla. En la segunda, la señal vertical, prioritaria frente a la horizontal, en donde permite estacionar hacia el lado izquierdo, no habiendo ninguna más en otro punto de la vía.
O sea, que yo estacioné legalmente.  Y quien quiera que haya sido sancionado o castigado con el enganche, o la retirada de su vehículo en la Calle Carlos Colmeiro Laforet, en Vigo, puede presentar las presentes argumentaciones para recurrir, y recuperar su dinero.
En la tercera imagen, que en realidad es un fotograma del vídeo capturada con el software libre SMPLAYER, bajo Linux Mint, instantes después de la segunda agresión, vemos a los "valientes", que necesitaron de 2 agentes más para intimidarme o tratar de hacerme perder las formas (y que no consiguieron ni así).
Yo siento y opino que he sido agredido, robado, y probablemente, injustamente denunciado, por el agente Nº 97 de la Policía Local de Vigo, con repetición de la agresión y malos modos por otro compañero, del cual no se me han aún facilitado datos, y la colaboración necesaria de al menos un trabajador de la concesionaria de la Grúa Municipal para realizarme un cargo en la tarjeta de crédito, engañándome con la excusa de que iba a comprobar el saldo.
Así están las cosas. O al menos, así las veo yo. Y me da igual que ahora vayan y pinten, repinten, señalicen y reseñalicen la vía. Las fotos y vídeos, están a buen recaudo.